CLXVI
Cayó la noche
se ahogaba el corazón
se atoró la garganta
se atragantó el alma
en ese instante se paró el aliento
por instinto salí a buscar aire
miré hacia el cielo
en ese momento la luna me sonreía
sentí una burla de mal gusto
mi pecho agitado
los pulsos saltaban dentro
un fuego me recorría
no estabas,
no eras tú quien sonreía
y sin embargo
a vos te presentía.
©Margarita Schaerer
C.A.B.A. - Argentina
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